Tres horas.
Al final fueron tres horas,
recordando a Alfredo. Al hombre y a su música. A los compases y al amigo. Tres
horas en compañía de sus compañeros de viaje y hermanos Carles Estrada, Josep
Lluís Navarro y Raúl Costafreda. Tres horas en que se sumaron Leo Castro y
Raquel Escalada. Tres horas en que, con algún despiste por parte de de nuestro
Edu Domínguez, sonaron anécdotas y canciones -muchas, pero nunca las suficientes- de Los Negativos, Dr. Love, Bondage y
Canary Sect.
Tres horas de lagrimucho, si me
preguntan, recordanto a ese tipo sonriente que ven en la foto, pletórico, a
lomos de su amada Lambretta, atesorando experiencias zen al tiempo que surca la
ruta de la Scooter Cruzada del Euroyeyé.
Tres horas, ¿lo había dicho ya?
Las pueden escuchar AQUÍ, si les
apetece.
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