viernes, 17 de enero de 2020

Cara a cara con El Forastero



Iniciamos la ronda de mesas, charlas y braseo del/la respetable el jueves 23, de la mano del siempre eficaz Quim Noguero, comisario y factótum de la exposición y ciclo “La Vi(d)a de la Butxaca”, en el Espai Cultura Fundació 1859 se Sabadell (C/ d’en Font, 25), cuyo objetivo es recuperar la memoria del Pulp hecho en España y materializado en decenas de miles de instantáneos pildorazos de literatura popular que, bajo el calificativo de bolsilibros, llenaron de colores imposibles los momentos de asueto de millones de lectores de toda condición y lugar.

Estúpidamente maltratada por la siempre autorreferencial superioridad moral de una alta cultura asentada en la estupidez de miopes preceptos clasistas, la literatura popular de este país no ha tenido el reconocimiento que su impacto ha tenido en alfabetizar e inducir a leer a millones de personas que, de otra manera, posiblemente jamás se hubiesen dado el gusto que proporciona zambullirse en las páginas de una buena historia.

Además de exponer libros, portadas y otros objetos fetiche, ligados a la memoria del bolsilibro, “La Vi(d)a de la Butxaca”, inaugurada el pasado octubre y con duración hasta marzo, acoge charlas y mesas redondas con nombres tan significativos como los de Carlos Zanón, Victoria González Torralba, Jordi Canal, Adolfo Quibus, Enrique Sánchez Abulí, Ralph Barby o ese diablo de Tasmania de las letras de género españolas, Julián Sánchez Caramazana.

Y, en esta línea, es cuando a servidor le toca, este jueves, a las 19h30, en el citado espacio de Sabadell, en una charla junto con el periodista y escritor, Manuel López Poy, que bajo el alias de Samuel Shot tiene publicadas, para 66RPM, dos impresionantes westerns protagonizados por El Forastero.

Ahí vamos a estar, los dos, El Forastero y Palop, Shot y Ulpiano, López Poy y Valle, hablando de Pulp de ahora, explicando algunos cómos y porqués de la deriva de la Literatura Popular, desde su condición de artefacto literario masivo a pequeño grupúsculo de resistencia, de tintes posiblemente nostálgicos, de añoranza de siglo XX.

Acudan, que es gratuito y, para saber más sobre el asunto, visiten la PÁGINA del mismo.

jueves, 9 de enero de 2020

Empezar el año recordando a un amigo


 

Este 2020 empieza con un afecto hermoso y triste, el del recuerdo de un amigo que ya no está y al que se echa de menos.

Como les ocurrió a muchos, el camino de Alfredo Calonge y el mío se cruzaron gracias a su música. Todavía le recuerdo, en la portada del single “Moscas y Arañas”. Era 1992 y aquella foto tenía seis años que parecían una eternidad. Guille Iriondo vendiéndomelo en la tienda que, por entonces, regentaba en la calle de Joaquín Costa y, a mi lado, paciente como los buenos maestros son con sus aprendices, Luis Costa, asegurándome que hacía una buena compra.

Y en esa portada estaba Alfredo, el más raro de un grupo de raros: gafas de sol, un chaleco de ante que era puro Byrds, flequillo medieval, llamativa camisa ocre, estrecho pantalón de cuadro y semblante serio, de esa seriedad de quien vive en su mundo, en su realidad, dándole bastante igual lo que pase o digan o piensen ahí fuera.

Aquel fue el prólogo de lo que iba a redundar en una amistad de cerca de un cuarto de siglo, salpimentada por mucha música, muchas conversaciones, algunos silencios y toneladas de humor extraño y genial, hasta su repentina y fatídica muerte en 2014.

Homenaje póstumo

En diciembre de aquel mismo año, todavía con el dolor y la incredulidad por la pérdida, centenares de amigos y fans de Alfredo concurrimos en la Sala Apolo sobre cuyo escenario, un nutrido plantel de músicos –de Barcelona y no sólo-- interpretó, íntegro, el cancionero de “Piknik Caleidoscópico”, obra de debut de Los Negativos, en el que fue un enorme y emotivo homenaje a aquel bicho raro entre los raros, capaz de haber sembrado, durante su vida, kilómetros de cariño y amistad.

Ahora, Geyser Productions, el equipo creativo detrás del fanzine “Ansia de Color” y mil otras iniciativas, plastifica ese concierto en un doble álbum --"A Tumba Abierta"-- que recoge el recital y un edit de estudio para el bis final, y donde no faltan fotografías así como un pequeño texto en la hoja interior, que tengo el placer de firmar y en el cual, como no podía ser de otra manera, hablo de ese rastro de afecto y añoranza que, en tantos de nosotros, ha dejado Alfredo.

El de un amigo al que se echa de menos y con cuyo recuerdo empezamos esta nueva década.

Pueden escuchar las canciones del disco y adquirirlo a través de este ENLACE donde, además, figura un bonito texto del amigo Àlex Oró.