Han sido cinco años en los que no
hemos sido pocos los que hemos braseado a Antonio Padilla, alentándole a parir
una nueva novela porque, las cosas como son, a fans y amigos su debut
literario, el excepcional “La Mano del Muerto”, nos había sabido tremendamente
a poco.
Compromisos laborales y la
zozobra de quien se pone en manos de un editor infame prolongaron esta espera.
Antonio, como casi todos los que no tienen el carné del Pepé, el Pesoe o de lo
que quede de Cunverchènsia, tenía que ganarse las habichuelas trabajando y de
las ventas de su opera prima no vio ni un real. He ahí un paradigmático cuadro de
este erial culturalmente tercermundista.
Así las cosas, han sido cinco
años aguardando, preguntándole que cómo llevaba la novela, la nueva novela, la
novela de los cojones, y a ver cuándo la terminaba ya, de una vez. De una puta vez.
Y, un día, por fin, cuando ya
estábamos abandonando toda esperanza, se alinean los astros: Padilla termina la
nueva obra, 66RPM se cruza en su camino y aquí tenemos a la criatura que lleva
por título “Serás Imbécil” y nos retrotrae a la Barcelona sórdida, gris,
bastarda y magnética de 1949.
Se me paraliza el corazón al saberme
el encargado de hacerle de maestro de ceremonias, mañana, en la librería Taifa
(where else?), cuando cualquiera con caché lo habría hecho de mil amores. Supongo
que es el resultado de haberle planchado tanto la oreja sobre la necesidad de
leer algo nuevo suyo.
Y en eso estamos, oigan, mediado
ya el ecuador de “Serás Imbécil”, degustando todas y cada una de sus palabras,
gozando como un enano. Una sensación que espero transmitirles mañana en la puesta
de largo de esta obra a la que, obviamente, sería de una imbecilidad supina que
faltaran.
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