jueves, 21 de noviembre de 2019

Actitud, atmósfera, elegancia



Pues, como siempre, en pleno proceso de resurrección mental, cuando las neuronas empiezan de nuevo a funcionar con su habitual anormalidad, cabe agradecer a todas y todos los que han hecho posible una nueva edición de Le Clean Cut, al que me atrevo a tildar de evento Mod de referencia a nivel nacional y, visto lo visto, europeo.

De nuevo, asistentes de varios países como Reino Unido, Italia, Bélgica, Alemania y un imponente contingente de franceses, han conseguido dotar del necesario internacionalismo un evento que ya nació con la idea de aglutinar a públicos de diversa procedencia.

A ello, cabe sumar la numerosa asistencia de personal desde otros puntos del país: los siempre numerosos (y entregadísimos) andaluces, un buen número de aragoneses, y toppers de León, Asturies, La Rioja, Euskadi, etcétera. Y, por supuesto, público local de Barcelona y Girona, aunque siempre se echan de menos caras, sobre todos algunas de las más jóvenes.

Para mí, el estilo, la elegancia, son principalmente una cuestión de actitud: El resultado de una peculiar e intransferible mezcla de buenas maneras, humor, diversión e inteligencia. De personalidad y singularidad.

En este sentido, Le Clean Cut cumplió con creces su tarea de generar una atmósfera elegante, donde, cada uno con su estilo, su background, su noción de Cool, se empleó a fondo en eso de disfrutar algunos de nuestros sonidos predilectos.

La apuesta de volver a mezclar veteranía con juventud volvió a funcionar a las mil maravillas y demuestra que la chavalada sabe componer sólidos sets de baile, basándose en su gusto, su instinto, sus horas de vuelo en pistas de baile, echando mano de discos que no serán grandes rarezas ni potentes in-demanders, pero que funcionan. Vaya si funcionan.

Por su parte, los veteranos dieron su do de pecho con alucinantes sets con los que sí babeamos unos cuantos coleccionistas, pero sin nunca perder de vista la pista, que es lo primero y que se mantuvo activa durante todo el rato los dos días.

Otro aspecto importante, además de la comilona del sábado (este año se acertó con la elección de un clásico como Els Ocellets), es el de los conciertos.

Desde su nacimiento como algo más que una fiestecita local, Le Clean Cut siempre ha apostado por los directos, por brindar algo más que sólo una sala y un equipo de DJs. Este año, las expectativas se han superado con Dogtooth Blues Band, el proyecto más sólido que le veo a Paul “Sonny” Newman en años (lo cual ya es decir, habida cuenta de su calidad), y el trío de Giulio Campagnolo, D.O.V.E., que dejó al/la respetable boquiabierta/o. Incluido el staff de la sala.

Como siempre, dar las gracias a quienes han estado directamente involucrados en Le Clean Cut de este año: bandas, locales, DJs, técnicos, restaurante, espontáneos (¡ese Jandro, ayudando con el tema sonido!) y a Sara Ramos por su siempre inestimable ayuda en que algunas cosas no se limiten a salir sólo bien.

Ya voy dándole vueltas al coco, alrededor del Le Clean Cut 2020.

No hay comentarios:

Publicar un comentario