Con todo listo para su
participación en el Kronos Art del Arts Santa Mònica, el fotógrafo Sergi
Escribano se toma unas pintas en el Bar del Post para hablar de enamorarse de
la fotografía --que es algo que va mucho más allá de apretar un botón de un
obturador--, de su niñez en un Barrio Chino donde la muerte se paseaba en cada
rellano y del asco que le produce una Barcelona con calles militarizadas para
desahuciar a familias con niños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario