A sus 91 años, y con una retrospectiva en marcha en la galería LegaxArt, la artista Pilar Perdices hace un alto en El Bar del Post para hablar de su largo idilio con la pintura, de enamorarse del hombre de su vida en el Bar Pastís del carrer Santa Mònica, de artistas femeninas ridículamente ninguneadas por nuestro estamento institucional, de la amistad con Brossa, de la admiración por Tàpies y de cómo Jordi Pujol la ayudó providencialmente.
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