El escritor Tuli Márquez no pierde la ocasión de pasarse por El Bar del Post, acordarse a la barra, y hablar de no haber estudiado cine, pero, a la larga no haber renunciado a su naturaleza de contador de historias; de haber trabajado en la tele, divirtiéndose, ganando bien y haciendo más horas que un peluco; de lo que aprendió pateándose los centros cívicos de la ciudad y de una Barcelona de esencia catalana y cosmopolita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario