La artista Irene Lazuen se toma un café muy mañanero en El Bar del Post para hablar de querer pintar desde muy pequeña, del conflicto entre visibilizar su arte y entrar a formar parte del establishment del arte; de las penurias de ser autónoma, pero el orgullo de vivir de lo que ha estudiado y de una Barcelona que se le hace cada día más hostil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario