Siempre es un placer comprobar que, pese a la progresiva
corporativización a la que un sistema implacablemente mercantilista somete algo
en teoría tan espontáneo como el rocanrol, el pop y sus aledaños; todavía queda
quien consigue despegar con una propuesta de éxito sin renunciar a algo tan
sagrado como el DIY.
Es el caso del A Wamba Buluba Club que acerca semanalmente a Barcelona y Bilbao a un nutrido contingente de bandas en directo y DJs, y a cuyo impulsor, César,
alias Turista Bang-Bang, tengo el placer de entrevistar para los amigos de
Ruta66, AQUÍ MISMO.
Por si alguien dudaba de que la autosuficiencia, además de
deseable, es posible.
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