Ruta66 llega a su trigésimo aniversario
y lo hace, como es lógico, con un número especial rebutido con infinidad de
contenidos. Además de reportajes sobre Lydia Lunch o un interesante dossier
sobre el fenómeno sharpie australiano, este número recopila un nutrido contingente de
crónicas de conciertos, escritas a posteriori, y donde servidor rememora aquél
de hace dos años, en que una impecable Irma Thomas brindó, desde el escenario
del Apolo, una clase magistral sobre qué es la verdadera soulfulness.
Ya en sus quioscos, oigan.
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