Escritor de muchos kilates, periodista veterano, adicto a la
música, Lluís Llort se toma unos gintónics en el Bar del Post para hablar de
vivir en tiempo extra, de tener suerte y mala suerte, de poderse morir ahora
mismo y hacerlo con una sonrisa en la boca, y de su Barcelona, una ciudad que
es personaje en sus libros y es, para él, “casa” en el juego de escondite en
que, a veces, se convierte la vida.
La foto es de Juanma Ramos.
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