Sonriente, flemático y con una
nueva novela bajo el brazo recién editada por Sílex, Carles Estrada se deja
caer por El Bar del Post para hablar de su trayectoria al frente de Los
Negativos, de Lestrade, de la necesidad de expresarse de una forma u otra y de
una Barcelona de la que se confiesa ciegamente enamorado y que le gustaría
visitar en los principios del siglo pasado. Eso sí, con un escudo de protones,
por si las moscas.
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