Con varios proyectos en la
cartuchera, la escritora Raquel Gámez se deja caer por El Bar del Post a por un
pincho de tortilla y una copa de tinto, y de paso hablar de la mejor decisión
que podía haber tomado, dejarlo todo y dedicarse a leer y escribir; de las
ganas de seguir aprendiendo y avanzando y de una Barcelona en cuya Plaza Real pasaron
y le pasaron tantas cosas hermosas.
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