El baterista y compositor Anton Jarl se deja caer por El Bar del Post para hablar de su nuevo disco al frente de Rambalaya, su proyecto más personal; de crecer aporreando una batería para vencer al frio de su Malmö natal y perseguir una vocación; de cómo Coltrane y Glenn Campbell le cambiaron la vida y de una Barcelona de la que se enamoró al instante, hace dos décadas, pese a que ve en sus calles un exceso de vehículos.
(La foto es de Joelle Gueguen)
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