El pintor Rein De Lege hace un alto en el camino en El Bar del Post y se toma un cortado para hablar de descubrir Barcelona en 1978 y enamorarse perdidamente del bar Marsella y, por extensión, de la ciudad; de ganarse la vida haciendo caricaturas en la Rambla, de las bromas de buen gusto del destino y de una Barcelona que ha cambiado, pero cuyas calles y esencias todavía se deleita en recorrer y pintar.
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