Con un exacto disco de flamenco para este siglo, el guitarrista y compositor Pau Figueres se pasa por El Bar del Post para atizarse una tortillita e Betanzos y hablar de tocar como de algo espiritual y elevado, de haber estudiado con grandes músicos de estilos muy diversos, de la persecución del perfecto sonido de la guitarra flamenca y de una Barcelona de dimensión perfectamente humana, pese al horrible calor húmedo de sus veranos.
(La foto es de Ana Palma)
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