Con un hermosa memoria sentimental sobre la figura de Peret recién publicada, el músico y activista Rogeli Herrero vermutea en El Bar del Post y, a pie de barra, habla sobre cómo Gato Pérez les voló el tarro a él y a los rumberos de su generación, de aquel primer Zelesta de la calle Platería, del auge y caída de su banda, Los Manolos, y de una Barcelona que va perdiendo sabor.
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