Llueve amor sobre nuestras cabezas.
Llueven el cariño, el afecto, la pasión de dos almas entregándose, una a otra,
en esa suerte de hechicería mágica que se apodera de tus entrañas, de tus
actos, de tus pensamientos. Llueve amor y, como todo el mundo sabe, o debería
saber, no hay mejor narrativa, no hay mejor música para describir ese atajo de
sentimientos, que el Soul, la música del Alma, la creación artística humana
que, por antonomasia, de forma más profunda, sabe conjugar el drama, la
esperanza, la elevación, la caída, de mujeres y hombres que le están cantando a
las vísceras, al corazón, a esa arbitraria montaña rusa de vertiginosos
altibajos que usted, yo y ese de ahí llamamos “mis sentimientos”.
Y esta tarde dejamos que ese amor
llueva sobre nuestras cabezas, como anticipo de una visita que nos hace
especial ilusión, la de Lee Fields el próximo 6 de mayo en el Apolo.
Hace dieciocho años, este artista
afincado en Nueva York empezaba una curiosa mutación, de torbellinesco fautor
de Funk salvaje de la escuela de un James Brown (“Little JB”, le apodaban), a
refinado heredero, espiritual y musical, de tipos como Al Green, Syl Johnson,
Garland Green y otras luminarias capaces de arrojar himnos que inducen al
cariño, al abrazo y a la fecundación.
Esta tarde, de 20h a 21h, en
el 100.5 de la FM condal o a través de www.radiociutatvella.es,
El Aperitivo del Ritual vuelve a las ondas, tras las largas obras de repavimentación del estudio, para dedicar un repaso a esta etapa de Fields, la de los dosmiles,
de viraje hacia un repertorio de elegante, clásico y deslumbrante Soul.
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