Jordi Calvo era, para mí, todo
lo que un Mod podía aspirar a ser. Trabajaba en una tienda de discos donde iba
siempre impecable, con sus pantalones de talle bajo de pata de gallo, sus impolutos
zapatos de ante, sus gafas de sol y su pluscuamperfecto peinado. Caminaba por
la calle con ritmo, como si estuviese bailando mil canciones que pasan, una
tras otra, por una cabeza amueblada con la mejor banda sonora del planeta. También
tocaba y cantaba en una banda, Los Bretones, que eran de los nuestros cuando,
en Barcelona, ya no quedaban de los nuestros.
Jordi tenía garra, tenía
feeling, tenía the knack. Tenía lo que hay que tener, tanto en la calle como
encima de un escenario. Era el tío al que, al menos yo, pero sospecho que unos
cuantos más, queríamos parecernos cuando fuésemos algo más mayores, pero jóvenes para siempre.
Y también tenía labia, claro.
Y paciencia, mucha, sobradamente demostrada durante todas aquellas tardes en que
aparecíamos por la tienda de discos donde trabajaba, Jesus Discs, para darle la
brasa y preguntarle por mil y un temas: grupos, ropa, weekends, fanzines. Ya
saben.
Más aún, Jordi apuntaba
maneras como compositor y óptimo cantante de Pop. Podría haber
llegado lejos, si no hubiese sido por una cierta querencia al autosabotaje y
por un contexto adverso, donde, en el momento de despegar, tenía en contra a un
mercado fuertemente orientado a la electrónica y a un establishment político
empeñado en que sólo prevalecieran criterios lingüísticos, a la hora de brindar
algún tipo de empuje al Pop manufacturado aquí.
Pero él, lejos de amilanarse –mil
ideas ebullendo en su quijotera, perenne culo inquieto, más nervio que un
bistec del Carrefour--, no dejó de hacer música y, disueltos Los Bretones tras
su espléndido único álbum, “Melody Pop”, se embarcó en varias aventuras (Browbeat,
Quién Mató a Brian Jones, Canary Sect) hasta facturar, al cabo de unos años, un
excelente disco al frente de Berti Laski, que parecía el comienzo de algo que
nunca logró acabar de alzar el vuelo.
Una imperdonable negligencia médica
rompió, hace unos diez años, su vida, llevándole a ser intervenido de extrema
urgencia en un quirófano donde por muy poco no se queda ahí, y relegándole, a
partir de entonces, a un estado lamentable de salud que fue minándole hasta
acabar, anoche, de apagar su llama.
Yo trabajé con él en Jesús Discs. He intentado muchas veces saber de él, pero no fue posible. Encontraba cosas de sus tiempos con Los Bretones pero nada más. Y hoy me encuentro esto.... Ahora estoy desolado. D.E.P Jordi!!
ResponderEliminarJordi llevaba ya muchos años sin casi pisar la calle, Santos. Pero al menos estuvo rodeado de buenos amigos y del cariño de su pareja. Un abrazo.
ResponderEliminarMe reconforta que tuviera la mejor compañía. Gracias, un abrazo.
ResponderEliminarUna gran pérdua. Inconfusible el seu caminar i la seva manera d'estrényer la mà...
ResponderEliminarLamento su perdida Alberto. Todavía recuerdo cuando Fernando me regalo la primera maqueta de los bretones para que la escuchara y muchas veces vi a Jordi en la calle Tallers asesorando a todo aquel que tuviera alguna duda con algúna disco.
ResponderEliminarJordi era un auténtico mod que mereció mejor suerte en un mundo tan cruel como es el del pop. Se nos va una parte importante de la escena neosixties de Barcelona. Descanse en paz.
Siempre estarás en mi corazón.
ResponderEliminarYo trabajé con él en discos Jesu,s y nunca olvidaré esa manera suya de caminar .Hace muchos años que no sabia de el pero me ha dado mucha pena leer la noticia...descansa en paz Jordi!
ResponderEliminarNosotros, Sister Glam...tocamos con los Bretones en Terrassa. Gran persona, cercano y nunca sectario porque nosotros no fueramos mods.impecable en su imagen tanto interior como exterior. A mi siempre me recordó a Steve Marriott sonre el escenario.DEP
ResponderEliminarConocí a Jordi en 2004 gracias a Eva Penelope,su amiga de siempre,. No olvidaré su conversacion amena y entusiasta y ,sobre todo,su carisma como persona y musico. Directo, luchador y con un humor alocado. Compartí aficiones y amistad desde Granada y su falta entre nosotros serà dificil de superar. Gracias por todo Jordi. Siempre en mi corazón
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