Hoy es un día en que la
reclusión nos duele especialmente a todos los que, de una manera u otra,
orbitamos alrededor de ese mundo del libro, maravilloso, complejo, rico y siempre
lleno de sorpresas.
Creo que, a todos, del primero
al último, nos duele no estar hoy en la calle, echando el ojo a las novedades,
saludando a editores, libreros y escritores, vendiendo y firmando, algunos, trasegando
cerveza y comprando millones (más) de libros que te llevarás a casa rubricados
y dedicados. Y que se sumarán a las columnas de papel que esperan, algunas muy
pacientemente, ser devoradas.
Sin que sirva de sustituto,
pues nada supera la magia del día del libro, incluso para los que nos
gastamos fortunas en tochos durante todo el año, al menos tengo la balsámica
consolación de poder tener, por fin, la quinta aventura de Palop, “La Muerte
Llega por el Este”, en preventa a través, cómo no, de la página de la
editorial: 66 RPM.
De nuevo, el asunto viene enfundado en una impresionante portada de Berto Martínez y con una fabulosa ilustración interior de Adolfo Valle, mi padre.
Aprovechen porque, cuando la
criatura vea la luz tras el estado de alarma y la reapertura de la imprenta, se
enviará a los compradores firmada y dedicada con el afecto que corresponde.
Feliz Sant Jordi, pues, y dentro
de lo que cabe.
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