En 1955, Chet Baker tenía 25 años
y era ya una estrella más allá de los Estados Unidos, cosa que lo llevó a
embarcarse en una gira europea que duró ocho meses y donde el público del viejo
continente supo, de primera mano, qué talento tenía. Y también quién era.
En su paso por París, durante
aquella breve e intensa etapa, además de unos cuantos pufos y un cadáver, Baker
dejó a su paso muy buenos discos registrados para el sello Barclay en compañía
de un buen plantel de músicos europeos y americanos. Un puñado de notables
grabaciones que repasamos, esta tarde, en compañía de un viejo conocido de El
Aperitivo del Ritual: el escritor, traductor y bon vivant vocacional, Antonio
Padilla.
Sintonicen pues sus transistores,
de 20h a 21h, en el 100.5 de la FM de Barcelona o cliquen sobre www.radiociutatvella.es
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